domingo, septiembre 10, 2017

¿Qué opinaba Lutero del islam?

Sus escritos y declaraciones llevaron a algunos príncipes protestantes a defender el principio de que es «mejor el turbante que la tiara»


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FRANCISCO DE ANDRÉS - Actualizado: Guardado en: Sociedad
Han pasado 500 años desde que Martín Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, acto simbólico de la reforma protestante que cambió el orbe cristiano. La división que se produjo en el XVI en el mundo católico afectó profundamente a la Iglesia y a los cálculos políticos de los monarcas europeos, pero -salvo excepciones- no disminuyó el terror en ambos bandos ante la ofensiva musulmana sobre el Viejo Continente dirigida por el sultán turco. Hoy como ayer, católicos y protestantes en Europa coinciden en su temor ante el islam radical que difunde el terror en las grandes ciudades. El miedo nos une, pero la lectura del desafío intelectual que plantea la doctrina de Mahoma difiere en algunos presupuestos.
¿Qué opinaba Lutero de los musulmanes, después de romper con Roma? El reformador escribió y habló en muchas ocasiones del peligro otomano que mantenía en suspenso a la Europa del siglo XVI, pese a que, según el historiador Franco Cardini («Nosotros y el islam») Lutero no tenía en realidad una idea muy clara de la doctrina mahometana. En ocasiones la calificaba de secta herética y otras veces de religión. El ex fraile agustino alemán no tenía dudas a la hora de referirse a Mahoma como el «cuerno pequeño» de la visión del profeta Daniel, el Anticristo que también identificaba con el Papa.
Pero en general, los escritos del fundador del protestantismo reflejan muchas incoherencias al hablar del islam, que Lutero solo conocía a raíz del poder político y militar de la Sublime Puerta. A veces admiraba sus prácticas morales y otras reprochaba su credo. Esa ambigüedad justificó más tarde la política de algunos príncipes protestantes a la hora de sellar alianzas puntuales con los turcos para combatir al emperador católico y al obispo de Roma, que muchos luteranos consideraban peores que el islam. «Mejor el turbante que la tiara», era el lema que habían heredado de Bizancio.
En el plano ideológico, el protestantismo sintoniza con el islam en algunos de los terrenos en que se aleja del catolicismo. Por ejemplo, en su rechazo del sacerdocio; para el luteranismo no existe necesidad de una mediación entre el hombre y Dios, tal como también establece el Corán. Además, el protestantismo tiene una semilla iconoclasta -rechazo a las imágenes sagradas- que ha alcanzado su apogeo en el islam, en particular el de los wahabíes de Arabia Saudí, responsables de la construcción de buena parte de las mezquitas de Occidente.
La llamada «teoría de la justificación», corazón de la reforma de Lutero, es quizá el terreno más afín con el islam. El fundador del protestantismo defendió la tesis de la «sola fide», la salvación solo a través de la fe, mucho más en sintonía con la doctrina de Mahoma que con la católica, que exige las obras. La «sola Scriptura» de Lutero, sin Tradición ni Magisterio, conecta también con el vínculo mahometano entre el creyente y el Corán, sin otra mediación ni autoridad suprema.
El pecado se lava con la fe en Lutero, y con los «cinco pilares» en Mahoma. En su autobiografía, el danés converso al islam Morten Storm («Mi vida en Al Qaida») relata uno de sus proverbios favoritos, atribuidos al autor del Corán: «Si hay un río delante de tu casa y te bañas cinco veces en él, ¿quedaría en ti algún rastro de suciedad? Rezar cinco veces al día es una forma similar de limpiar los pecados».